¿Dónde y qué comen nuestros protagonistas? #4

Comidas literarias consiste en mostrar todas aquellas citas de los libros que me llamen la atención sobre la comida y restaurantes que salgan en su lectura...

Vaya banquetes se pegan en algunos libros...
Y aprovecho este post también para señalar dos citas que me han gustado (están en rojo) y que como salía comida las he traspasado a esta sección en vez de citas a destacar.

Espero que os gusten.
Sin Alma– Gail Carriger
Su madre le había asegurado que allí se serviría comida y, sin embargo, lo único que le habían ofrecido a su llegada había sido una copa de ponche y unos tristes berros, marchitos y sosos.

Ajeno a las miradas de la pareja, buscó en los bolsillos de su abrigo hasta encontrar un sándwich de jamón en escabeche algo maltrecho envuelto en un pedazo de papel marrón que procedió a entregarle a la señorita Tarabotti con el más galante de los ademanes.

Floote entró en la estancia con el plato de pescado, un simple filete de lenguado aderezado con tomillo y limón.
Después sirvió el plato principal: una deliciosa combinación de carne de cerdo troceada, comporta de manzana y pequeñas patatas asadas.

Battenberg
La joven desapareció para regresar unos instantes después empujando un carrito de té cargado de delicias, desde sándwiches de pepino hasta piel de limón caramelizada, pepinillos en vinagre o Battenberg.
La condesa sirvió el té. Alexia tomó el suyo con leche, la señorita Dair con limón y los vampiros con una cucharadita de sangre, aún caliente y servida en una delicada jarra de cristal.

La cena empezó con un surtido variado de pequeñas ostras sobre hielo con crema de limón. La señorita Tarabotti, que siempre había sido de la opinión que las ostras crudas se parecían considerablemente al excremento nasal, aparto el plato de ofensivos moluscos y observó, refugiada bajo sus largas pestañas como él consumía no menos de doce.

Galantina
Se había involucrado plenamente en la comida. Como resultado las mesas instaladas en una esquina del parque crujían bajo el peso de las viandas. Había galantina de pintada común rellena de lengua picada, aderezada con gelatina y decorada con plumas hechas con piel de manzana bañada en limón. No menos de ocho pichones en salsa de trufas en un nido de espirales aparecieron y desaparecieron con la misma velocidad. Había caldo de ostras, filetes de eglefino con salsa de anchoas y lenguado a la plancha con compota de melocotón. El cocinero preparó pastel de perdiz, faisán al horno en salsa de mantequilla con guisantes y apio y asado de urogallo. Había solomillo de ternera, pierna de cordero bañada en vino tinto y costillas de cordero a la menta fresca con judías. Los entrantes incluían ensalada fresca con judías. Los entrantes incluían ensalada de langosta, espinacas y huevo, fritura de vegetales y patatas asadas. Además de las tartas de almendras para llevar, se sirvió pastel de ruibarbo, cerezas confitadas, uvas y fresas de temporada, nata montada y pudín de ciruela.

4 comentarios:

  1. Vaya cantidad de platos que aparecen en el libro! Hay algunos que me han llamado la atencion, aunque ¡Ahora tengo hambre! Como se nota que ya es la hora del cafe... Besos!

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  2. Madre mía, me está entrando hambre, juasss, mala cosa ^^
    Un besote!!

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  3. Ohhhhhhhhhhh, el battenberg mola! ;o) ¿Plumas hechas con piel de manzana? Juas, ni imagino cómo. Aunque lo mejorcito es el té con gotas de sangre. Uff. Tengo q hacerme con estas novelas.
    Besotes steampunk.

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  4. el battenberg tiene que estar bueno. Me como la bandera ;)

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